En el contexto de las criptomonedas, el término “trustless” (sin confianza, en español) se refiere a la capacidad de realizar transacciones o interacciones sin la necesidad de confiar en una tercera parte.

En sistemas tradicionales, como los sistemas financieros convencionales, se necesita una autoridad central, como un banco o una institución financiera, para validar y garantizar las transacciones. Los usuarios deben confiar en estas entidades para que mantengan y aseguren correctamente los registros de las transacciones.

En contraste, las criptomonedas, como Bitcoin y Ethereum, están diseñadas para ser trustless. Utilizan la tecnología de contabilidad distribuida, como la cadena de bloques, para permitir que las transacciones se realicen de forma segura y transparente sin depender de una entidad centralizada.

La característica trustless se logra a través de la criptografía y los contratos inteligentes. Las transacciones se registran en la cadena de bloques de forma descentralizada y se validan mediante algoritmos criptográficos. Los contratos inteligentes, por su parte, son programas informáticos autoejecutables que garantizan la ejecución automática de las transacciones una vez que se cumplen ciertas condiciones.

En resumen, cuando se dice que una criptomoneda o sistema es trustless, significa que se puede realizar transacciones directas entre las partes sin tener que confiar en una entidad central o en terceros para garantizar la seguridad y la veracidad de las transacciones.